Monumento a la presión y la fe
El Athletic ganó con todas las de la ley al Barça y ya está en Champions. Fue gracias a un monumento a la presión y la fe con el hiperactivo Toquero a la cabeza. El atrevimiento de ir a buscar a los azulgrana a su cueva le dio el triunfo. Robo de Herrera, percusión de Susaeta y redención de Muniain, que se llevó con derecho la gloria tras haber fallado antes la ocasión del partido. El nuevo San Mamés ya tiene su primera gesta para recordar tras un ejercicio brillante que convirtió a los de Martino en un equipo vulgar, sin ideas. Tiene doble mérito, el Barça venía avisado tras lo de Amsterdam. Anoche no cabía como excusa el factor sorpresa. Se vio en su puesta en escena, brillante. Sólo duró veinte minutos. El Athletic logró llevar el clásico a su terreno, llegó vivo a esas segundas partes que son una tortura china para todos los visitantes de la Liga. Desgastó a los arquitectos culés, Xavi e Iniesta acabaron fundidos y sustituidos, y esperó su oportunidad.
Fue una mezcla de coraje, pulmones e inteligencias. Valverde, un técnico brillante, ordenó juntar muchísimo las líneas. El triunfo sólo se podía ir por una acción individual de Alexis o Neymar, pero sus marcadores fueron a mucho más. No hubo fisuras, entre otras cosas porque el Athletic también tiene futbolistas de alto nivel táctico. Iraola e Iturraspe fueron los mejores ejemplos. Me da que el fortín que ha construido en su nuevo hogar va a ser difícil de derribar. No estuvo Messi para evitar la derrota como en los dos últimos años.