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La FIFA, feliz de debatir sobre el Balón de Oro y no sobre Qatar

Blatter tiene un plan. De Joseph Blatter podrán decirse muchas cosas, pero nunca se le podrá negar la inteligencia. Ha encendido las Redes Sociales y el discurso deportivo con sus imitaciones de Cristiano Ronaldo y con el cambio de normas de última hora del antaño prestigioso Balón de Oro, galardón al que trata como si fuera un reality televisivo que tiene que ganar audiencia a toda costa. Ha incendiado su propio chiringuito, pero parece feliz. Igual es que, como el abuelo de Paco Martínez Soria, “tiene un plan”.

Escándalo tapa a escándalo. No hay que ser un analista de la CIA para comprobar que la máxima de que un escándalo se tapa con otro escándalo funciona. El ejemplo práctico de esta manera de actuar lo vemos cada día en las noticias. La cuestión está en preguntarse: ¿dónde está el verdadero escándalo que preocupa a la FIFA? Si su presidente da la sensación de ser feliz con el lío del Balón de Oro y no sólo no evita el tema, sino que lo alimenta desde su propia cuenta de Twitter, pues habrá que buscar más. Porque como dicen en información “por Balón de Oro no me viene nada”.

El problema está en Qatar. Me da a mí que el principal problema del señor Blatter no es llamarle comandante a Cristiano ni cambiar las normas del concurso. El problema está en Qatar, donde algunos medios de la prensa internacional han empezado a poner el foco. Los reportajes de The Independent y del Guardian sobre las condiciones de vida de los inmigrantes que están construyendo faraónicos estadios en régimen de semi esclavitud son aberrantes. Amnistia Internacional, además, les da toda la validez del mundo. La FIFA ahí sí que tiene un problema.

Primera defensa fallida. De entrada, Blatter trató de cargar el mochuelo sobre Francia y Alemania. Países que dijo que tenían muchos intereses en que el Mundial se jugara en Qatar. Se ve que el argumento no triunfó, Y luego dijo que era intolerable que los europeos hablaran mal así porque sí de un país musulmán. Tampoco funcionó demasiado.

Lo que funciona. Pero lo que nunca falla es meterse con los ídolos de la gente. La actuación de Blatter sobre Cristiano puede que no fuera premeditada, pero le ha venido de perlas para que las Redes se incendien haciendo una cortina de humo.