El flamante campeón de Moto2 también ha querido celebrar su título con los lectores de AS. Pol Espargaró nos visitó en nuestra Redacción y se le ve encantado. No es para menos. A la satisfacción del éxito debe unirse la de haber sido capaz de darle la vuelta a una coyuntura que llegó a ponérsele muy cuesta arriba, en esos momentos en los que pareció que el gran favorito a suceder a Marc Márquez entregaba inesperadamente sus galones a Redding. Pero no fue así porque este chaval es peleón y tiene calidad para regalar, así que el guión siguió su curso, con el final feliz de una corona que, además, le ha supuesto el pasaporte a MotoGP. Ya tenía un hueco allí antes de rematar, pero sin duda que así afrontará el nuevo desafío mucho más convencido y tranquilo…

Su fortaleza mental fue determinante para superar el bache en Moto2 y estoy convencido de que también le resultará de mucha ayuda en su paso a la categoría reina. El menor de los Espargaró tiene los pies en el suelo y eso es magnífico cuando toca medirse con los más grandes. Desde luego que es ambicioso, pero también asume que el fenómeno Márquez es extraordinario por diferentes motivos y rehuye la presión de tener que repetirlo. Para empezar, su moto no será oficial como la del debutante ya campeón, sin dejar de admitir además el descomunal talento de quien, con el paso de los años, se ha convertido casi en su rival natural. Sin duda que Pol es el antídoto de Yamaha contra la nueva estrella de Honda… pero a medio plazo, a corto esa responsabilidad le corresponde a otro: Jorge Lorenzo. Y está bien que así sea, la precipitación suele ser mala consejera.