Problemas de rico en el Manzanares
El Cebolla ha jugado 69 partidos con Uruguay, es indiscutible con la Celeste y fue el mejor en el 0-5 a Jordania que es un billete virtual para el Mundial. Sin embargo, en el Atleti es un mero especialista; valioso, sí, pero con un rol concreto y limitado: agitar partidos desde el banquillo. Y él, lógicamente, se siente sobrecapacitado para el puesto. No es el único. Óliver ya es estrella en la Sub-21, el futuro es suyo, pero el presente le limita a figurante en los guiones de Simeone. Como a Leo, otra joya por pulir que ve cómo el banquillo retrasa su rodaje. El posible fichaje de un mediapunta complicaría aún más su situación y ninguno descarta salir cedido en enero. Y hay más: Guilavogui y Giménez, emergentes internacionales en sus países y fondo de armario en el Manzanares.
Hace cuatro temporadas, Assunçao, Valera, Cléber Santana, Juanito, Sinama e Ibrahima fueron más o menos importantes en el Atleti. Hablamos de 2010, ya con Agüero y Forlán, no del pleistoceno. Ninguno de ellos rascaría un minuto hoy en día. El Cholo es responsable principal de esta cirugía estética express, ya que ha mejorado a cada futbolista que ha pasado por sus manos, pero ahora le toca lidiar con la cara (levemente) oscura de su obra magna. Estrellas descontentas, un problema de rico. O, lo que es lo mismo, ningún problema. Tanto tiempo faltando talento y hoy sobra. Bendito sea.