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Decidido: está harto y no irá allí

Aplaudo la decisión de Cristiano de no acudir a Zúrich a la pantomima de la Gala del Balón de Oro. Este premio me merece todos los respetos, pero entre Blatter de la Calzada y los sectarios e irrespetuosos guionistas de los perfiles de los aspirantes a ganarlo, se han cargado el espíritu inicial de este trofeo. A Cristiano le tienen gato en la FIFA y no se cortan en demostrarlo. Lees el perfil sobre Messi y se les cae la baba: “No desaceleró ni un ápice su frenético andar goleador”, “el genial atacante amenaza con romper una nueva marca...”. Sin embargo, a Cristiano le valoran con la frialdad de un robot de acero: “Otro año repleto de goles para Cristiano”. ¡Se han quebrado la cabeza!

Cristiano se siente engañado, menospreciado y humillado por Blatter, cuya mofa en Oxford todavía le sangra por dentro. Fui el primero en criticar a Mourinho por no ir a Zúrich el año pasado. Pero esto no tiene nada que ver. A Mou sí le dieron el premio cuando lo merecía (2011). A Cristiano llevan años hurtándoselo. Claro, él no es “ese hijo que todos querrían tener en casa...”. ¡Cuánta hipocresía!