A Fernando no podemos fallarle
Fernando Cáceres vive en una silla de ruedas desde que el 1 de noviembre de 2009 un adolescente desalmado le metió un balazo en su ojo derecho, apenas tres semanas después de que el Negro hubiera presenciado en el palco de La Romareda la victoria del Zaragoza frente al Racing. En aquellos terribles días no se le pudo extraer la bala del cerebro y se le llegó a dar por desahuciado. Pero Fernando salió del coma y del hospital para darle batalla a la vida con su descomunal fortaleza. Una batalla costosísima, con un tratamiento costosísimo, en la que cualquier recurso económico es poco. Por eso se ha organizado este homenaje, para ayudarle afectiva y económicamente cuando más lo necesita.
El Negro fue uno de los dos o tres mejores centrales de toda la historia del Zaragoza. Fuerte, rápido, listo, agresivo y ganador, dejó huella en un equipo formidable, plagado de artistas y de goleadores. Su imagen subido a la cruceta de la portería en el Parque de Los Príncipes de París, alzando la Recopa con su puño de hierro, permanecerá siempre viva, porque para el Zaragoza y el zaragocismo supone una secuencia inmortal. Ahora, Cáceres necesita la ayuda y la solidaridad de todos, una solidaridad que la tiene bien merecida. No podemos fallarle.