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El premio de Llorente, los Pross de Pochettino y el duelo Cristiano-Ibra

La vuelta de Llorente. Seis titularidades en siete partidos. Marcarle, por centímetros en fuera de juego, a su amigo Pepe Reina. No haber sido llamado a la Selección desde agosto... Fernando Llorente estaba fuera de la lista y se fue de vacaciones a Londres... Pero la lesión de Costa las ha interrumpido. Y él tan a gusto. Sabía que su adaptación al Calcio serían un hándicap. Pero lo ha superado. Ya juega y marca, ya recuerda a muchos sus cualidades. La llamada para Guinea y Sudáfrica es un premio para quien es consciente de que estar en Brasil será complicado.

Reconocimiento. Welbeck y Carrick son baja en Inglaterra, pero Hodgson no ha llamado a sustitutos. Su lista incluye novedades y destaca un equipo: el Southampton, hecho por obra y gracia de Pochettino. Desde su llegada, Lambert lleva tres partidos y dos goles, nunca antes había sido convocado el delantero de 31 años. Otro atacante, Jay Rodríguez, de orígenes coruñeses, se estrena. También Lallana (en la foto), centrocampista ofensivo, ídolo de la afición y otro producto del Southampton, una de las academia/canteras más prolíficas. Un toque de fútbol importado de España, terceros en la Premier y reconocidos por los Pross.

El duelo. Un Portugal-Suecia no llamaría tanto la atención si no se jugasen una plaza en Brasil el próximo verano. En realidad, aún con la plaza en juego, no tendría tanto interés si no enfrentase a dos de los delanteros más en forma del mundo: Cristiano Ronaldo e Ibrahimovic. Son iguales en ambición, liderazgo y responsabilidad con el equipo. No se muerden nunca la lengua, además. Pero a los puntos gana el portugués: su racha goleadora es inalcanzable para el resto de delanteros este año.

Tranquilidad. La azzurra, clasificada a falta de dos jornadas para el Mundial. Están en Coverciano, la sede en la que lucen los tesoros de sus cuatro Mundiales. Fino Finni, doctor de la selección veinte años y director del Museo del Calcio, no se cree tanta tranquilidad en torno a la selección tras haber vivido crisis como la que hubo antes del Mundial 2006. Entonces Gattuso le consoló: "Doctor, no se preocupe, le aseguro semifinales". Cannavaro se sumó: "¿Semifinales? Ganaremos y le daré mi equipación". Ahora lucen en una vitrina aquella camiseta con las manchas de césped y las botas aún con barro. De aquella última Italia campeona nos queda Pirlo, la genialidad y el carácter en el campo de un veterano que aún deja con la boca abierta con su magia infinita.