El éxito de la Vuelta no es casual
Anfitrión e invitado formaron ayer una pareja de altura en el Foro Espacio 2014-AS. Si a la Federación Española de Baloncesto le va de maravilla desde que la preside José Luis Sáez (2004), la Vuelta a España no se queda atrás desde que la dirige Javier Guillén (2009). Se trata de dos dirigentes cuya acertada gestión es un modelo a seguir por otros deportes. La de Sáez es conocida; la de Guillén fue un descubrimiento. Resulta que en la Vuelta nada es casualidad. Detrás hay mucho trabajo, que se da por descontado, y mucha planificación para cumplir luego unos objetivos. Es decir, nada queda al azar. Consecuencia: si la cosa sale mal es porque ha habido errores en el proyecto; si sale bien es porque se ha acertado en los esquemas. Pues enhorabuena.
La Vuelta puso en un papel lo que quería, y fue rellenando. Lo primero que necesitaba era credibilidad, constancia y calidad. Después se puso a buscar elementos de transformación a través de la innovación, la dureza y la intensidad de las etapas. Y así, con la participación de los mejores ciclistas (Wiggins, Froome, Evans, Nibali, Contador, Valverde y Purito han subido al podio en los últimos cinco años), con salidas originales (en Holanda, de noche, desde la playa, por los sanfermines o en una batea), con finales en rampa y con ascensiones inéditas, la carrera fue adquiriendo personalidad propia. Pero lo importante, confiesa Guillén, es dar al público lo que demanda y no anteponer nada a los valores deportivos. La fórmula funciona. Podría aprender la ACB.