Lorenzo y la guerra de los nervios

Tiene la trascendencia de una anécdota, pero en realidad no lo es. Que Lorenzo le dé un toquecito a la rueda trasera de la moto de Márquez mientras esperan para ensayar arrancadas está cargado de un simbolismo que conviene tener en cuenta para la decisiva carrera de mañana. El mallorquín ya está curtido en mil batallas y recurre a tretas que en su día puso en escena el mismísimo Rossi.  Jorge sabe, y así lo ha dejado muy claro, que en condiciones normales será difícil que el líder quedé por detrás de la cuarta posición que necesita para asegurar el título en caso de su victoria, así que su única alternativa pasa, precisamente, por intentar acabar con esa normalidad. Presionar a Marc para que llegue un error que le aleje de las posiciones de cabeza.

No es una estrategia sencilla, porque Márquez además de rapidísimo no tiene un pelo de tonto (tampoco quienes le asesoran) y ya se huele la tostada. Lo sintomático de lo ocurrido ayer en Cheste con esta curiosidad es que quizá anticipe lo que puede suceder durante la competición. Al campeón vigente de poco le servirá marcharse hacia el triunfo si por detrás el aspirante rueda cómodamente; en ese supuesto, a Lorenzo sólo le quedará la alternativa de echarle el anzuelo a su rival para ver si pica, aunque siempre sin perder de vista a Pedrosa, convidado de piedra que puede ayudar mucho a su compañero con un triunfo. Cómo podrá actuar Jorge es la incógnita y otro atractivo de un domingo que no olvidaremos en mucho tiempo...