Las órdenes de equipo tienen ahora todo el sentido
A medida que se aproxima el gran día aumenta la tensión. Nada menos que el título mundial de MotoGP es lo que estará el domingo en juego entre Márquez y Lorenzo, así que es normal que los nervios afloren ante el gran compromiso del año para ambos. Su temporada ha resultado excepcional, pero lo que realmente quedará para la historia del Mundial es el nombre del vencedor final: el de un debutante capaz de poner patas arribas la clase reina nada más llegar o el de todo un tricampeón capaz de repetir corona dos años consecutivos (sin olvidar por supuesto sus otros dos títulos de 250cc). Y entre ambos, dos compañeros de equipo altamente cualificado y que habrá que saber qué papel pueden jugar en esta pugna.
Lo que queda mejor, lo que suena a atrevido, a deportivo, a justo, es decir que no existen órdenes en Honda y tampoco en Yamaha. Pues yo quiero creer que no es así y sí pensar que ambas marcas, a través de sus estructuras oficiales que cuestan varios millones de euros, hayan dejado las cosas claras en ambos bandos. Las órdenes de equipo tienen todo el sentido en un caso como éste, resultaría sencillamente ridículo que alguno de los aspirantes perdiera sus opciones por los intereses personales de su compañero de box. Las dos escuderías deben planificar sus estrategias, prever todas las posibilidades y anticipar cómo gestionarlas, dejar lo mínimo posible a la improvisación… Que Márquez y Pedrosa, por ejemplo, se enzarcen en algún tipo de batalla en pista sería imperdonable; más difícil veo que Rossi pueda hacer lo propio con Lorenzo, aunque si así ocurriera evitarlo resultaría igualmente obligado. Ellos, los de detrás, ya tuvieron la oportunidad de demostrar su potencial y no la aprovecharon, así que no es Valencia en sitio para reivindicar nada a destiempo.