Un fin de fiesta perfecto en Valencia
No podríamos haber imaginado un desenlace mejor para otra apasionante temporada del Campeonato del Mundo de motociclismo. El GP de Valencia tiene todos los ingredientes para disfrutar de un fin de fiesta perfecto. Para empezar, está la emoción de dos títulos aún en juego y sin enormes diferencias entre los aspirantes, con lo que la incertidumbre se mantiene; lo siguiente que nos debe entusiasmar es que el desenlace, sea cuál sea, resultará favorable para los españoles, puesto que sólo ellos conservan opciones; y como guinda, un escenario cargado de tanto simbolismo como el circuito de Cheste, a buen seguro rebosante de una afición dispuesta a vivir en primera persona una jornada para la historia… Sólo queda esperar, y el hombre del tiempo anticipa que será así, que la climatología acompañe y la lluvia no se convierta en ese árbitro de la pugna que nadie desea.
Complicadísimos son los pronósticos para Valencia. Básicamente porque todos los contendientes tienen argumentos para avalar su candidatura, así que será el propio desarrollo de los acontecimientos el que marque la pauta. Cuando todo se juega a una carta, a cara o cruz sin posibilidad de enmienda, cualquier hipótesis es admisible. Y precisamente esta circunstancia es lo que hace tan especial un gran premio que esperamos desde que acabó el anterior, como digo un desenlace a la altura de la gran campaña que hemos tenido el privilegio de seguir. Y sí, al acabar la jornada se repetirá, como en aquel glorioso 2010, la foto de tres campeones del mundo arropados por una misma bandera, la de este país al que parece que tan sólo el deporte le es ahora favorable…. Y debemos felicitarnos por ello, porque no duden de que algún día añoraremos estos tiempos felices.