Ante la Juve cambió la historia

Todo sucedió en Ámsterdam. 20 de mayo de 1998. Illgner; Panucci, Hierro, Sanchís, Roberto Carlos; Seedorf, Redondo, Karembeu; Raúl, Mijatovic y Morientes. Un once que recitamos de memoria todos los de mi generación, la del ‘color’. Así nos bautizaron por haber asistido al primer título de la Copa de Europa ganado por el Madrid con las teles ya adaptadas tecnológicamente a la policromía.

Aquel legalísimo gol de Mijatovic (Pessotto niega la mayor porque le atormenta la mala conciencia: él rompía el fuera de juego), desmontó muchas teorías. La Juventus de Zidane, en su presunto esplendor por entonces, Davids, Deschamps, Del Piero o Inzaghi sucumbieron ante el peso de la historia, ante el mito legendario de ‘Il Real’, como le llamaba con admiración La Gazzetta dello Sport en su portada. Desde entonces, la Juve nos tiene cogida la matrícula en Europa. Se vengaron en aquella tarde primaveral de 2003, con un maldito penalti errado por Figo (o parado por Buffon). Qué más da.

Pero a mí Turín no me achanta aunque la historia diga que sólo hemos ganado allí una vez (hace más de medio siglo, gracias a un gol del maestro Di Stéfano). En mi retina adolescente tengo fresca aquella tanda de penaltis mágica en la que Buyo amargó a Platini, que no volvió a jugar la Copa de Europa (siempre he creído que el francés tiene manía al Madrid por aquello). Además, hoy juega Cristiano, el mejor futbolista que han visto en Turín en muchos años. El portugués está lanzado en su afán por hacer historia. Lucirse ante la Juve le ayudará. Hoy se hace centenario. ¡A por todas!