Que Bale sepa dónde va a jugar
Si al veranito de marras que ha padecido sumamos cambio de club, de país, de costumbres y la losa del fichaje de los 100 millones, entenderemos que Bale tenga la cabeza como un bombo. La primera medida, casi imprescindible, sería que su entrenador le dijera claramente dónde va a jugar, qué quiere de él. Ayudaría. El problema es que Ancelotti está desbordado por los acontecimientos y da la impresión de que el asunto Bale lo despacha poniéndole en el campo y que se busque la vida. En Barcelona, el galés estuvo perdido, mirando a un lado y otro sin tener respuesta, hartándose a correr para apenas entrar en contacto con el balón. Vamos, un desastre. En su rostro se denotaba ansiedad pero también perplejidad por su estrenada posición de delantero centro.
Mañana parece que volverá a ser titular y lo triste es que en esta víspera tenemos que especular nuevamente sobre su posición. ¿Banda derecha, banda izquierda, mediapunta por detrás de Benzema, que es lo que queda por probar? Se puede entender que todos estos ensayos se hacen en pretemporada y él no estaba, pero cuando muestras en el escaparate el gran fichaje del año en Europa, tienes que hacerlo con la seguridad de que le estás ofreciendo el mejor campo de acción y las mejores condiciones para que desarrolle el fútbol por el que fue fichado. Y tampoco debería ser tan difícil. Bastaría con repasar los vídeos de las dos últimas temporadas en su club de origen. Ayudantes tiene para ello Carlo.