Fernando Alonso y sus recaditos al mensajero
Alonso cierra filas en torno a Ferrari y asegura que no tiene ningún problema con su equipo y que se siente feliz en Maranello. Bienvenido sea. Esa situación idílica se antoja la perfecta para que todos ellos remen en la misma dirección y consigan que el próximo año las cosas sean bien distintas (porque no creo que eso de ser segundo resulte un consuelo, básicamente porque Ferrari no es “la mitad de la parrilla” como argumenta el asturiano). Lo que ya no comparto es la costumbre que el piloto muestra últimamente de responsabilizar de las polémicas a la Prensa, sí eso que dice tan a menudo de que los líos “venden más”. Para empezar, lo que realmente venden son los triunfos, todo lo demás es marear la perdiz porque no se puede hacer otra cosa, así que creo que su visión de la realidad periodística está un tanto trasnochada…
Pero es que eso de enviar mensajitos al mensajero es un hábito peligroso cuando las evidencias apuntan en otro sentido. Especialmente en estos tiempos, cuando todos tenemos a golpe de ratón (o de pantalla táctil) una inmensa hemeroteca que recoge lo que han venido diciendo unos y otros a lo largo de los meses. Es así como comprobamos que los periodistas no se inventaron aquello de “llevamos cuatro años a un segundo de Red Bull”; tampoco que Montezemolo saltara al ruedo para recodarle que la Scuderia está por encima de cualquier piloto y ha sido Domenicali quien ha destapado la caja de los truenos al recordarnos que Alonso “se pasó de la raya”. Así que no se trata de qué venda o deje de hacerlo, el asunto es que si los trapos sucios se lavan en público parece difícil que el ajuste de cuentas no tenga la transcendencia que merece en los medios. Por eso creo que en Ferrari deberían ser algo más autocríticos al respecto y no de pretender responsabilizar a quienes tan sólo tienen un papel testimonial. Digo yo…