Adornos justos, hay un cambio

Valverde ha enterrado algunas ideas de Bielsa y va recuperando otras, como se vio ante el Villarreal con las posiciones de Iturraspe y De Marcos. Quiere un equipo que funcione como un acordeón, con las líneas muy juntas en cualquier zona del campo, se sacrifique en las dos direcciones y que evite lujos innecesarios con la pelota. Quizás salga a flote un fútbol de adornos cuando el Athletic empiece a tener muchos puntos, se engrase y aflore la confianza. Por ahora lo que preocupa es mejorar la faceta defensiva con intensidad en el robo y ayudas, hacerse fuerte en todas las zonas del campo y fomentar la competitividad en la plantilla. Hasta Toquero se ve ya con opciones.

El equipo, al menos en el fortín de San Mamés, se presenta muy unido, cada vez con menos fisuras y riesgos. No es casualidad que dos de sus tres artistas con el balón, Herrera y Beñat, hayan pasado de formar el esqueleto a verse obligados a dar un golpe sobre el verde. Lo que le sucedió a Muniain, el otro descarado, que se sintió amenazado por Ibai. Está implicado y sólo le falta serenidad en la llegada al área. Txingurri tendrá que gestionar bien el rol de algunos leones acostumbrados a llevar galones. La clase con balón nunca sobra, pero en este estilo importan tanto o más la intensidad, velocidad y empaque táctico. El Athletic ha cambiado.