Schuster y su ADN más español

Metzelder decía que Schuster era "español en un 60%". 25 años marcan mucho, jugar en Barcelona, Real Madrid o Atlético y haber entrenado a Xerez, Levante, Getafe, el propio Real Madrid o ahora en La Rosaleda. Siempre recuerda que, en su etapa en el banquillo madridista, pidió los fichajes de Villa, Cesc y Dani Alves porque Cristiano "no venía". ¿Cómo serían las cosas si estos grandísimos jugadores hubieran vestido de blanco? Los periodistas alemanes sólo le llaman para preguntarle por Guardiola, que empieza a dejar su sello en el Bayern. No da consejos. Bastante tiene con ir perfilando un proyecto que el 'jeque' (Schuster llama 'el jeque' a Moayad Shatat, el vicepresidente ejecutivo) le ha encomendado. El 'jeque de verdad', el dueño del club, Abdullah bin Nasser Al-Thani, sigue en Qatar y no va a venir por Málaga, salvo sorpresa, al menos en lo que queda de año.

El ADN español de Schuster al que hacíamos referencia hace que, a su carácter alemán de antaño, haya sumado tendencias latinas. Será por eso que ha firmado por cinco temporadas por un Málaga en reconstrucción y que a base de reorganizarse en un palmo de terreno va saliendo adelante. Schuster siempre tiene en su prurito que el Barcelona le hizo pasillo cuando fue campeón de Liga. Schuster llega al Bernabéu con mucha carga emotiva. Es un equipo al que quiere, pero su deseo es el de ganar. Y es valiente. No engañó a nadie cuando dijo que iba a apostar por la cantera.