Amenaza al partido a partido
Ocho partidos contados como ocho victorias. 21 goles a favor por seis en contra. Compromiso, ambición y seguridad, un equipo armado con capacidades individuales superiores a las imaginadas. Una sensación desconocida de pánico o respeto en todos los rivales. Partidos gobernados de principio a fin sin necesidad de llevarse la posesión. El nuevo Atlético optimista y ganador. Señales todas que invitan a tomárselo en serio. Incluso en opinión de algún adversario, para tenerlo en cuenta en peleas prohibidas como la Liga y la Champions. Wenger, Martino y Luis Enrique ya han dejado escrito que por qué no. Y ahora se incorpora un termómetro que no se anda con bromas, el de las cotizaciones en las apuestas. No son una ciencia exacta pero tampoco un delirio. El hipotético triunfo final del Atlético se ha desplomado, se paga diez, seis o cinco veces menos de cuando no tenía autorización a considerarse alternativa.
Un afán por calcular a largo plazo que amenaza el innegociable principio del partido a partido. Pero los colchoneros se aferran. No se trata de cerrarse puertas ni de acomplejarse; sólo de no levantar la vista. Luchar convencido por todo no es incompatible con ir paso a paso. Los juegos de envite van a otra velocidad, pero el equipo del Cholo se ha impuesto crecer así. No insistan, hoy el Atlético sólo se ve firme candidato a ganar al Espanyol. Y no va a moverse de ahí. P.D. Ahora bien, si tienen a mano unos euros, no esperen más.