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La última evolución del cuerpo del futbolista

Ricardo Zamora (1901-1978) fue, probablemente, el primer cuerpo prodigioso del fútbol español. Apuesto y guapo como eran los guapos antes; la elegancia hecha portero. Al brasileño Heleno de Freitas (1920-1959) se le tiene por el primer futbolista extremo en cuerpo y alma, lejano antecedente de Best: vivió como un playboy y murió de sífilis. Años después, Eusebio (1942) hizo de su cuerpo una ventaja; por algo le apodaron La pantera de Mozambique. Fachetti (1942-2006), lateral italiano de 1,91, fue seguramente el primer futbolista antropológicamente moderno. Ya en los 80, Gullit protagonizó una revolución física que marcó el fútbol: nunca se había visto tanta potencia en un corpachón de 1,91 (añadan la rasta).

Esculpido el cuerpo, enseñarlo fue inevitable. El alemán Bierhoff celebró el gol de oro en la Euro 96 quitándose la camiseta; si sus pectorales no lograron fama es porque fueron aplastados por sus compañeros. Nueve años antes, el argentino Alfaro Moreno (ex del Espanyol) había estrenado el descamise en un Platense-Temperley. Acabó expulsado pero dicen (aficionados del Platense, en su mayoría) que él inauguró la moda.

Hace diez años, la FIFA decretó que quitarse la camiseta es una conducta antideportiva que debe ser sancionada con tarjeta amarilla. Nadie hizo caso. Quien tiene algo que decir lo dice y quien tiene algo que enseñar, lo enseña. De Mia Hamm a Iniesta.

Hoy en día Cristiano representa la última evolución del cuerpo del futbolista. Su fisonomía es consecuencia de la evolución genética, del trabajo obsesivo y de la moda. Ahí se localiza otro momento clave: en algún momento indeterminado de los 90 los futbolistas dejaron de tener pelos en las piernas. La poda se extendió luego hasta el pecho y vaya usted a saber.
Lo demás es obvio. Si el gol proporciona un placer casi sexual conviene vivirlo sin pijama. Lo escribió Galeano (Eduardo): "El gol es el orgasmo del fútbol y, como el orgasmo, cada vez es menos frecuente en la vida moderna". Salvo cuando juega Cristiano.