Modric representó el cambio de actitud

No imprimió el Madrid más velocidad de la justa para tumbar al Copenhague. Bastó un dominio de la medular, con Modric en figura principal de medio volante adelantado, para imponer jerarquía. El croata fue de los más implicados desde el primer minuto al 66, cuando fue relevado por Isco. Trabajó de lado a lado, de arriba a abajo, tocó y peleó con tal entusiasmo que el Bernabéu le despidió con ovación. Con su actitud maquilló algún error  técnico de menor rango, firmando una actuación global notable que repercutió en la dinámica de buen transporte de balón al juego de ataque blanco. Siempre, sin excesiva velocidad. Más bien mascando el fútbol para asestar a los daneses golpes letales sin ninguna prisa.

Modric se movió cómodo, participando mucho y con acierto en 69 acciones del partido. El Madrid encontró en sus botas un referente en la medular (58 pases, sólo 9 errores)  que subió numerosos balones al área rival (13 jugadas con remate, una finalizando en gol).

El croata representó ayer el triunfo de la voluntad por darlo todo en el campo, por cambiar de actitud y recuperar la identidad tras el derbi. No tuvo fatiga, no escatimó nunca y demostró que jugando con más recorrido, en ausencia de Isco, explota sus mejores cualidades. Le gusta acercarse al área, sin duda. Buena noche de Modric, otra vez, confirmando que tiene talento para mover a este Madrid.