Purito, ambición de campeón
Purito iba de líder en el Giro de 2012, y el noruego Hesjedal, del que luego poco más se supo, se lo quitó en la crono del último día. Purito estuvo trece días de líder en la Vuelta de 2012, y a falta de cinco etapas Contador atacó en Fuente Dé y le dejó sin la Roja. En el Tour nunca compitió con posibilidades de victoria, pero este año acabó tercero, por delante de Contador y de Valverde. Sirva esto para situar a Purito: un ciclista que, conocedor de sus limitaciones, no se pone límites. Ataca a la menor ocasión. En cuanto se empina la carretera o hay un puerto. Ataca, ataca y ataca. Mas dentro de sus posibilidades, que como es evidente, son limitadas. Al final siempre acaba llegando un rival de mayor físico o con más talento, y le gana.
Ayer se repitió la historia. Por eso Purito lloraba sin consuelo. No porque no esté acostumbrado a este final, sino porque ayer vivió realmente la ocasión de su vida. En el Mundial nada menos. Con 34 años sabe lo difícil que será volver a disfrutar de una ocasión semejante. Hasta le cogió la rueda a Rui Costa. Volvió a ser el patito feo de las carreras. Eso es duro. También dice mucho en su favor. Su ambición es de campeón. Hay una clasificación que le reconoce como tal: el ranking UCI, que contabiliza las actuaciones de cada corredor durante todo el año. Purito fue el número uno en 2010 y 2012. Este año va a acabar segundo. Por detrás de Froome. Y muy por delante de Valverde y Contador. Esta clasificación, al menos, hace justicia a Purito.