Es Ferrari quien no cumple con su parte del trato

Las opciones en el Mundial se escapan como el agua entre los dedos para Alonso y Ferrari. No queda otra que rendirse a la evidencia de la abrumadora superioridad de Vettel y su Red Bull, asumiendo además que, a estas alturas de temporada, en Maranello van a ser incapaces de obrar el milagro de acortar distancias, como ha venido ocurriendo hasta el momento. Nos aseguraron que en Singapur todo cambiaría y no ha sido así, más bien lo contrario. El F138 muestra tantas carencias que sólo las manos mágicas de su piloto español consiguen sacar petróleo de él. Debemos conformarnos con un segundo puesto de esos que dicen saben a victoria, aunque la realidad es bien diferente: el segundo es siempre el primero de los que pierden, sobre todo en este caso, cuando el líder se sigue escapando a toda velocidad hacia su objetivo.

Lo que podría ser un consuelo, para mí se convierte en una tremenda desilusión. Me refiero a saber que el asturiano cumple con su parte del trato, lo da todo en cada carrera y saca a relucir ese talento descomunal que le permite transformar en segundas posiciones lo que debería ser un séptimo u octavo puesto. Es Ferrari la que nos defrauda, la que se muestra incapaz de neutralizar la indiscutible ventaja prestacional que cada año (y van ya demasiados) se saca Adrian Newey de la manga. Ayer arriesgaron con la estrategia y acertaron... como pudo salirles mal. Y confiando en la fortuna, en los imprevistos, en la desgracia ajena es imposible conquistar títulos. Alonso da lo que tiene y no está obligado a más. La responsabilidad apunta en otra dirección...