Autoderrota ante Francia

Nadie dijo que fuera a ser fácil, Tampoco, un paseo. Las bajas en la Selección eran notables. Pero de ahí a llevar cuatro derrotas en este Eurobasket va un trecho. La cuarta derrota nos dejó sin final. Un palo. Aún podemos salir con medalla, pero este campeonato no nos está dejando buen sabor. En el equipo hay cosas que chirrían, hay mucho talento desperdiciado. La derrota ante Francia tuvo mucho de autoderrota. Igual que sucediera ante Eslovenia, Grecia e Italia, la Selección desperdició una notable ventaja. Ya no es una impresión, es un hecho: la ventaja que es ganar por más de diez puntos acaba siendo un lastre. Que esto suceda en unos jugadores novatos se entiende; en un equipo como el nuestro tiene difícil justificación.

El baloncesto control que quiere imponer Orenga en esos momentos no va a nuestro estilo. El base bota, bota y bota, y al final nadie tiene tiro. Pasa una y otra vez, y la canasta se va haciendo cada vez más pequeña hasta hacerse diminuta. Así al menos la ven nuestros jugadores. Tanto talento en la cancha para que al final todo se reduzca a una acción individual a la desesperada. Además, con todas las de perder, porque son cinco contra uno. Eso Francia lo hizo bien. No, en cambio, nosotros. Atacaba Parker, y no había manera de defenderle. Nos mató. Y los triples del tercer cuarto. Pero más que eso, fueron las facilidades que dimos para que Francia cerrara nuestros ataques. Una lástima. Parker solo no puede ser más que Marc, Rudy, Ricky, Calderón, Llull, Sergio...