Alejandro Blanco y el futuro
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Madrid 2020 va quedando atrás. Pudo haber errores -así lo admite Alejandro Blanco en su respuesta a las bolsas de sangre-, pudo haber indiscreciones, pudo haber exceso de confianza, pudo haber tantas cosas. Pero es evidente que en la decisión intervinieron factores mucho más poderosos. Mantiene Blanco que el viento cambió en las últimas 48 horas. El COI apostó por la seguridad económica de Tokio y punto. ¿Cómo lo hizo? Eso ya es otro asunto. Mientras nadie dé datos concretos, todo son especulaciones. La realidad es que Madrid despertó de su sueño y hay que mirar hacia el futuro. Blanco habla de renovar las estructuras para que el deporte no se nos venga abajo. Está legitimado para decirlo y hasta para liderar el proyecto si hace falta.
Blanco es presidente del COE por votación de los presidentes de Federaciones y, por tanto, su representante y portavoz. El deporte, efectivamente, precisa de una reestructuración. Los Juegos se esperaban como agua de mayo, y ahora que no llegarán hay que buscar alternativas. No es el problema de los deportes ricos. pero Blanco, que es presidente de todos, también piensa en los pobres, que luego son los que alimentan el medallero. En eso tiene razón. De los deportes minoritarios no queremos saber nada hasta que llegan los Juegos, y luego cuando nos ganan medallas bien que lo celebramos. Esa sensibilidad que tiene Blanco es necesaria y garantizaría que continuaran los buenos resultados. Su responsabilidad es construir el futuro.




