204 partidos-206 goles.Sus registros no son de este mundo. Nadie en la historia ha superado el promedio de un gol por partido en un equipo de máximas exigencias como es el Madrid. ¡Ese portugués, qué bueno es! Sus límites los ponen los sueños de los madridistas, que siguen celebrando su renovación hasta 2018. Tener cinco años más al mejor futbolista de la Tierra es un lujo incalculable. Cristiano vivió su particular pasión turca en una segunda parte de rompe y rasga, en la que participaron Karim (¡por fin!), un Isco genial y un Di María que justifica el empeño del siete por convencer al club para que se quedase. Este Madrid terminó su exhibición a lo grande. Un set fuera de Europa es un logro al alcance de muy pocos. O de ninguno más allá del Madrid. Ancelotti va afinando las piezas aunque atrás siguen las dudas. Pero la clave pasa por Supermán. El 7 se señaló ese dorsal mágico en plan Raúl. Es el dignísimo heredero del gran capitán. Su reivindicativa celebración ratifica su estado de radiante felicidad. Cristiano no parará hasta levantar la 9+1 con el club que ama desde niño (me niego a volver a utilizar el otro término, es gafe). El chaval dijo el otro día que no se fue del Madrid porque dónde iba a ir. El Madrid es el top. Y él, supertop. De sus 54 goles en Champions, 38 los metió de blanco. En el Bernabéu tocará el cielo. La historia espera a un jugador tridimensional. Europa, a sus pies.
ISCOMAN. El malagueño es una bendición. Ancelotti ha apostado por Isco desde el primer día. Le ha dado el mando del equipo en la zona final de creación. Confía en él sin fisuras. Y el genio de Arroyo de la Miel responde con la grandeza de los elegidos. Parece que llevase cinco años aquí. Su primer gol fue para enmarcar. Hoy justo se cumple un año de su debut en la Champions, firmando un doblete con el Málaga ante el Zenit. Este chico viene avisando. Los 30 kilos van a resultar al final una auténtica ganga...
¡Ánimo Iker! Alguien le ha hecho vudú al capitán. En su primer partido oficial tras 238 días se llevó un golpe fortuito en las costillas y tuvo que pedir el cambio. Antes, dejó su sello con un paradón a Felipe Melo. Se le ve el gesto serio, tristón. Debe animarse. Y Diego López respondió en su línea. Impecable. Un paradón de cabeza tranquilizó el debate. Son dos porterazos y ya está. A otra cosa.
Bale, poco a poco. Los 27 minutos de que dispuso el galés sirvieron para acentuar la velocidad de vértigo de este equipazo que disfruta más en su versión tsunami. Con Gareth y Cristiano, a correr que son dos días. Seamos listos y dejemos los toquecitos para otros. A un león no le des aceitunas para comer.
Y la Juve pinchó. El empate bianconero allana aún más la autopista hacia la soñada 9+1. Esto pinta bien. ¡Hala Madrid!
