La mágica noche ante el Cagliari
Era una fría noche del mes de noviembre y me topé en el Vicente Calderón con el fútbol en estado puro. Tenía catorce años y pude disfrutar de una inolvidable exhibición del Atlético de Marcel Domingo y un partido de Luis Aragonés para guardar en vídeo, de los que no se olvidan y que superó la perfección. El temible Catenaccio del Cagliari de Gigi Riva quedó en evidencia. Todavía lo sigo teniendo en la memoria como la excelencia total, solamente equiparable a lo que me hizo soñar la selección de Brasil en el Mundial de México de ese mismo año 70 y en la que los italianos fueron sus rivales en una final de las mejores de la historia.
Tuve la inmensa suerte de ser en aquella etapa socio e ir al Manzanares era una fiesta total. Una pena que al final la Copa de Europa no llegara a nuestras vitrinas. Nos encontramos en semifinales con el Ajax de un incipiente Cruyff y su maestro, el zurdito Keizer, que nos dio noventa minutos de puro lujo. Han pasado 46 años de aquel duelo contra el Cagliari y todavía nadie ha superado este sueño que sigo teniendo entre los mejores de mis recuerdos. Marcel Domingo y su maquinaria en estado puro. Un equipo que, gracias a sus buenos oficios, nos educó a muchos chavales en la apuesta por la calidad pasando de la obsesión por los resultados.