Tribuna libre
Gracias, Madrid
La victoria de Tokio es una decepción, no un fracaso. Toca reflexionar y apostar por el deporte
Inmersos en la bruma de Celje y en un Campeonato de Europa tan complicado y difícil como el de baloncesto, aunque no con proximidad geográfica sí con proximidad emocional hemos seguido el resultado de la elección de la sede de los Juegos Olímpicos de 2020.
Vaya por delante la felicitación a Tokio, una gran ciudad y un gran proyecto que también ha perseverado en el intento y que ha podido conseguir la confianza de los miembros del Comité Olímpico Internacional.
Madrid luchaba contra dos grandes proyectos y dos grandes ciudades, cualquiera de ellas merecedora de albergar unos Juegos Olímpicos. Esta es la primera de las razones por las que no estamos frente a un fracaso sino frente a una decepción, aunque una decepción mayor por las previsiones tan optimistas que se habían transmitido antes de la elección.
No es el momento de dictaminar las causas reales del resultado de la votación. Es el momento de la reflexión. Pero también del reconocimiento. Y Madrid merece el reconocimiento, no sólo del deporte español sino también del internacional. A lo largo de los tres procesos de candidatura, el deporte español y la ciudad de Madrid se han visto beneficiados por la organización de numerosos campeonatos internacionales que han hecho que se pudieran desarrollar programas deportivos en diferentes ámbitos y modalidades. Por eso hoy más que nunca debemos reconocer a Madrid como la capital del deporte del siglo XXI.
Nada es estéril si tenemos vocación de sacar lecciones positivas y seguir trabajando por el desarrollo del deporte en España. No todo pasa por unos Juegos Olímpicos, un evento único al que tienen acceso muy pocas ciudades del mundo y en el que priman muchos y variados factores.
Hoy a España se la reconoce mundialmente como una gran potencia deportiva, y es espejo y referencia para la mayoría de los países más avanzados. Quizás este concepto de marca del deporte y de visión más global de todos los eventos deportivos que se celebran en nuestro país puede ser un nuevo paso para en el futuro podernos incorporar a los máximos objetivos.
Madrid debe seguir apostando por el deporte, independientemente de cualquier consideración sobre su continuidad en la carrera olímpica. Así lo haremos desde el baloncesto de inmediato con la Copa del Mundo 2014, que será una vez más fiel reflejo de la capacidad organizativa de España y en especial de una ciudad como Madrid. Recordemos que este evento luchó frente a las candidaturas de China e Italia, y gozó de la confianza del Central Board de la Federación Internacional (FIBA Mundo).
Nunca debemos dejarnos llevar ni por la euforia ni por el pesimismo. Tenemos que estar muy orgullosos de lo que somos en el mundo del deporte, y de lo que podemos ser. Hay futuro más allá de una decisión como la que tomó el sábado el COI, siempre que la visión del deporte que se proyecte desde España sea mucho más innovadora -desde la competición hasta la integración pasando por la transformación social, el divertimento- que convierta al deporte en algo atractivo para los países y las empresas.
Creo sinceramente que la de Madrid era la mejor candidatura, como supongo que para turcos y japoneses lo era la suya. Pero también pienso que, al igual que cuando años atrás se abrió la papeleta de Barcelona, los miembros del COI votaron el sábado y dieron la victoria a Tokio de acuerdo con sus convicciones. Tengo la suerte de compartir Comité Ejecutivo en la FIBA con dos miembros del COI: Richard Carrión y Patrick Baumann, dos personas de alta cualificación en lo profesional y en lo moral.
El COI es una organización con la que se puede tener diferencias, pero es una gran organización -con tres representantes españoles, Juan Antonio Samaranch, Marisol Casado y Patxi Perurena, además S.A.R. Infanta doña Pilar de Borbón como Miembro de Honor-, en la que están representados los mundos del deporte, de la empresa y de las instituciones. Y mal haremos si sembramos de dudas su decisión, más aún si Barcelona aspira ahora a organizar los Juegos de invierno de 2022.
Mi reconocimiento a todos los que han -y hemos- luchado por conseguir un Madrid olímpico. Ahora nos toca a todos seguir trabajando por una España del deporte.
Gracias, Madrid.