Primeras debilidades. Decía Juan Antonio Orenga antes del partido que nuestro equipo no le había dado hasta ayer motivos para inquietarse. Orenga ya los tiene encima de su mesa. La defensa de España naufragó en la segunda mitad, permitiendo una parcial de +17 para el equipo de Maljkovic en el tercer y último cuarto. Es cierto que algunas canastas exteriores de complicada ejecución abrieron la lata, sobre todo de Zoran Dragic. Un favor fraternal porque Goran Dragic creció en un tramo de final de partido en el que Marc Gasol pudo acusar la carga de minutos y las ayudas defensivas largas a las que tenía que atender.

Nunca fue fácil. Nachbar cubrió todas las preocupaciones de Claver hasta cargarlo de faltas y los jugadores de Eslovenia acabaron disfrutando de una fiesta de anotación que su entrenador no les recomienda, pero que la defensa española les ofreció en rebajas y en escaparate. Nadie dijo que iba a ser fácil ni que hubiera que empezar al 100% de tensión y concentración. Calderón avisó a Eslovenia tras el partido en los micrófonos de Cuatro: "Ya nos encontraremos más adelante."

Ratificando. La segunda oportunidad, si aclara algo, lo único que hace es ratificar. Que Alemania, después de ganarle el primer partido a Francia, pierda al día siguiente contra Bélgica deja en peor lugar la candidatura gala y además confirma al grupo A como el más débil de esta primera fase. Dos días de campeonato inciden en el mal momento de jugadores de la NBA como Vucevic, Gortat, Jerebko y Turkoglu. Aumentan las sospechas de que Turquía va de farol y de que España se va a encontrar a Italia en la segunda fase.

El pasaporte del triple. El acierto en el tiro de tres puntos y la sangre fría y el carácter necesario para acertar más cuando más cuenta siguen siendo virtudes teologales del baloncesto. La victoria de Alemania contra Francia del miércoles y las de ayer de Letonia contra Montenegro y de República Checa contra Polonia, con las resoluciones respectivas de Janicenoks y Barton, cambian en un segundo clasificaciones, objetivos y traspasan equipos del saco del éxito al del fracaso.