El viejo sueño de Alonso

Juan Mora
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Alonso siempre quiso tener un equipo ciclista. El ciclismo le tira, y a saber qué hubiera sido de él si su padre no le encamina hacia los karts. Condiciones para ser ciclista tiene. Bueno o del montón, no se sabe, pero que podía haberlo sido está acreditado. Sus correrías con ciclistas profesionales son conocidas, también sus subidas al Angliru, y por ahí circulan imágenes de que ha llegado a recorrer 98 kilómetros en 2.48 horas, que eso es ritmo de carrera serio. Como la vida le llevó por otros derroteros, cuando empezó a tener dinero de verdad se planteó tener su propio equipo, porque el ciclismo le seguía apasionando. Hasta habló con Contador. Pero no era el momento. Una cosa es distraerse con el ciclismo, y otra que le distrajera.

Ahora no es que esté para distraerse con nada, pero ha visto la oportunidad de hacerse con el Euskaltel. Primero compra la licencia, y después se verá. El rescate de Alonso llega en un momento crucial, cuando el ciclismo español tocaba fondo. La Vuelta se está corriendo con sólo 38 españoles, y el futuro se presentaba aún peor. Sin el Euskaltel sólo nos quedarían dos equipos para la próxima temporada, el Movistar y el Caja Rural. En 1989 teníamos once equipos, y entre medias han desaparecido todavía más, alejados los patrocinadores primero por el escándalo que suponía el dopaje y luego por los recortes presupuestarios. Pero el ciclismo sigue vivo, comienza a regenerarse y hay gente que sigue creyendo en él. Alonso, por ejemplo.

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