Un Athletic atenazado, sin fantasía

Era sabido que el Athletic llegaba verde al Bernabéu. Había ganado a Valladolid y Osasuna a los puntos, y visitaba a un Madrid con Isco dulce y Cristiano hambriento. Valverde planeó apretar las líneas y adelantar la zaga, pero saltó por los aires en el 1-0 al descolgarse Iraola por esa mentalidad con la que salió de darse siempre un metro sobre Cristiano para compensar la desventaja de velocidad. Sólo se fijó en él y no en sus compañeros. El equipo fue obediente con el manual de Txingurri, pero tan obsesionado como estaba de no verse sorprendido al contragolpe, jugó atenazado, sin fantasía.

Extraerá conclusiones el técnico para trabajar duro en el parón. Debe encontrar un punto intermedio entre el Athletic a tumba abierta de Bielsa y el calculador suyo. Beñat no es mediapunta, Herrera es necesario y De Marcos da profundidad, es vital. Destacaron Laporte, Iago, cositas de Morán, aunque propició el 3-0 por chutar con un rival delante, y el descaro de Ibai, que repitió gol en Chamartín. Modric e Isco se bastaron y cuando no, ahí estuvo al árbitro, como es habitual. Roja de Ramos por manotazo y penalti claro a Susaeta. Con 3-2, quedaban aún ocho minutos...