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Özil, en horas bajas, ya no es intocable

Apático. La frialdad de Özil no fue obstáculo para que el Bernabéu se rindiera ante su fútbol. Eso ha cambiado. Su entorno se precipitó para sacar tajada con una renovación que no tocaba. Al no llegar la misma el jugador se ha enfurruñado y de ahí los gestos de las últimas semanas. Con el aterrizaje de Bale el primer sacrificado iba a ser Di María. Ahora igual no. El turcoalemán lo sabe y ha pedido que se activen las posibles ofertas que manejan desde Inglaterra. En el Madrid no tienen prisa por vender. Si les hacen una oferta superior a cuarenta millones podrían traspasarle, doblando lo que costó hace dos años. De no ser así, en el mercado de invierno volverían a abrirle la puerta.

Japón de por medio. Alejandro Blanco lleva meses peleando porque el mayor número de deportistas españoles apoyen la candidatura de Madrid 2020. A los Gasol o Nadal, pretendía que se unieran los pilotos que están triunfando en el Mundial de MotoGP. En un almuerzo le lanzaron la idea y la compró de inmediato. Pero no cayeron en la cuenta de algo importante. Lorenzo, Pedrosa y Márquez tienen contrato con escuderías japonesas y Tokio es uno de los rivales de Madrid el próximo día 7 en Buenos Aires. Ni Yamaha ni Honda hubieran dado el visto bueno a que sus motos fueran utilizadas para tal fin.

Las cosas de Mourinho. Contaba ayer viernes José Félix Díaz en El Confidencial que Mourinho le había mandado un SMS a Sergio Ramos tentándole para fichar por el Chelsea. Esos juegos le gustan mucho. Siendo entrenador del Oporto, pero sabiendo ya que se iba al Chelsea al año siguiente, persiguió durante la final de la Champions Oporto-Mónaco a Fernando Morientes, delantero de los del Principado. Incluso le mandaba mensajes y guiños cómplices mientras se estaba disputando el partido. El Moro alucinaba.

Lo imposible. Kaká se terminó el día que decidió jugar un Mundial con Brasil lesionado. Esa ambición lógica, pero poco profesional, vuelve a salir ahora pidiendo un traspaso que él sabe imposible. Nadie ofrece un euro, y menos conociendo su ficha millonaria. Misma situación del pasado año. Entonces, el único dispuesto a echarle una mano era el Milán, siempre y cuando el Real Madrid pagara parte de la ficha. Lo que puede cambiar ahora es que el jugador renuncie a parte de esa ficha para que el Madrid, ya que no recibe, no pague nada. Y en esas está, forzando la máquina, como hizo en su día para jugar un Mundial sin estar en condiciones.