Todos íbamos con Tony Martin

Ha sido una pena que alcanzaran a Tony Martin tan cerca de la raya. Yo creo que todos íbamos con él. Ha transformado una etapa de trámite (escapada y sprint masivo) en un gran espectáculo. Hoy no teníamos certeza de si el pelotón iba a atrapar al fugado. En los últimos quince kilómetros hemos vibrado como si se tratara del final de una jornada de montaña en el Tour. Campeones como él hacen grande al ciclismo. Y habría ganado si Cancellara no llega a lanzar el sprint desde tan lejos. Quizás por dos o tres metros, pero se habría llevado una victoria bien merecida.

Con todo, ha dado una lección enorme a los directores de los equipos de los velocistas, acostumbrados a jugar con los escapados para pillarles cerca de meta. Hoy en día todo se hace con calculadora. Con la velocidad que llevan los escapados, deducen la velocidad media que debe llevar el pelotón y terminan atrapándoles cuando quieren. Pero Tony Martin casi les rompe la calculadora. Por fortuna, no todo son matemáticas en el ciclismo actual. El alemán ha destrozado a todo el equipo Orica y le ha faltado bien poco para dejar con un palmo de narices a todos los velocistas. Hoy tendremos una etapa parecida, y a buen seguro que terminará al sprint.