Los últimos goles de Kaká...

Un Balón de Oro que no gana un solo euro menos que Cristiano no puede estar sólo para jugar los amistosos de verano. Kaká llegó en 2009 como un jugador que podía marcar una época y al final se va a ir entre los abucheos del Bernabéu (los de la noche del homenaje a Raúl fueron definitivos) y un balance en su rendimiento tan pobre que terminó acomodándose sin disimulos en el trono del fracaso. Kaká recibió en A Coruña el que quizá sea su último trofeo de blanco. Y nos deja dos goles, el primero con una gran definición, que reflejan lo que pudo ser y no fue. Un futbolista sin ánimo para luchar en la jungla, pero con detalles versallescos. Sin presión, Kaká era un bailarín del Bolshoi. En los días de perfil vietnamita, como en la semifinal de Champions con el Bayern Múnich, se arrugaba como una colilla...

Al menos, ayer tuvo el torerío de explotar enseñando la puerta de salida. Ya era hora. El orgullo está para exhibirlo, no para presumir de él. El problema es encontrar un pardillo que quiera pagarle una ficha tan astronómica. El Milán es un club amigo, no una ONG. Me temo lo de siempre. Al Madrid le tocará pagar parte de su sueldo allá donde vaya. Al menos, Casemiro nos compensa. Es el chollo del verano...