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El beso robado del belga François Adam

A Cáceres ya llegó la Vuelta a España en su primera edición de 1935. Ganó destacado con algo más de un minuto el belga François Adam, quien subió al palco donde le esperaban las autoridades y un grupo de señoritas de clase alta. Una de ellas le dio un ramo de flores y Adam le plantó un beso en la mejilla. No le dio tiempo a darle otro, la chica echó para atrás la cabeza horrorizada. Gestos de sorpresa en el palco y algunas miradas que para nada transmitían buenas intenciones. El belga se percató de que había metido la pata y, en francés y como pudo, trató de explicar que en su país existía la costumbre de que la chica le diera dos besos al vencedor de la carrera con las flores. Una vez deshecho el malentendido, las mozas aplaudieron a Adam, la besada se puso roja de rubor y el ciclista suspiró por fin aliviado. El caso es que el belga ya había ganado al sprint seis días antes en Barcelona, pero allí no intentó ningún beso. Quizás no era tan guapa la portadora del ramo.De los nueve triunfos que logró François Adam (24-9-1911, Stockay Saint Georges, Bélgica; fallecido el 4-5-2002) las dos etapas de esa Vuelta fueron los más importantes. En esa edición participaron 18 extranjeros (6 belgas, 4 italianos y un par de franceses, suizos, holandeses y austríacos). Y ninguno de primer nivel. Las figuras se abstuvieron de venir a una carrera inédita, montada en escaso tiempo, que con toda seguridad iba a transcurrir por malas carreteras y muy posiblemente bajo un gran calor.