El buen entrenador español

El verano, que es cuando el baloncesto de clubes descansa, se vuelve frenético con las selecciones. La Absoluta se encuentra en plena gira triunfal, convirtiendo en acontecimiento de la ciudad cada partido que juega. Mientras, las selecciones inferiores triunfan allá por donde vayan. La Sub-16 fue la última. Ganó la sexta medalla del verano y la 48 de las llamadas selecciones de formación en los últimos diez años. El secreto de tanto éxito es que detrás hay un trabajo muy serio. Comienza por una excelente planificación para la captación de valores y continúa con un laborioso seguimiento en los siguientes años para que nadie se pierda. De esta manera, los chavales pasan de una Selección a otra, y llegan a convertirse en auténticos coleccionistas de medallas.

Hay, además, otro factor fundamental. Son los seleccionadores. La Federación Española tiene contratados cincuenta técnicos, y son quienes cada verano convierten a los chavales en campeones. Todos son entrenadores titulados, y en esto España también puede considerarse una potencia. Comienzan a cotizarse al alza en el mundo, porque medio centenar trabajan en otros países. Desde Estados Unidos hasta Japón, algunos como seleccionadores (México, Costa de Marfil, India o Bulgaria), otros como entrenadores de primeros equipos europeos (Khimki ruso o Alba de Berlín). Cada año la Federación Española realiza cursos de entrenadores superiores, y los buenos resultados, comenzando por nuestras Selecciones, salta a la vista.