Una medalla cada veinte atletas
Ha regresado el equipo de atletismo y se han visto caras de satisfacción. Hasta Odriozola se ha atrevido a calificar la actuación de notable. Nos buscamos en el medallero y aparecemos en el puesto 31. Vale que hay países de reconocida superioridad (Estados Unidos y Rusia), otros que sólo ganan en pruebas de velocidad (Jamaica y Trinidad) o de fondo (Kenia y Etiopía), algunos que consiguen el oro con atletas nacionalizados (Suecia), pero hasta el puesto 31... Nosotros también hemos tenido campeones nacionalizados y hemos ganado medallas gracias sólo a la marcha. Ahora nos toca ser los 31 del mundo. En pocos deportes estamos tan mal. Dicen que es que no hay dinero. Para ser los 31 del mundo, ciertamente no hace falta dinero.
Las medallas que ganamos tienen nombre y apellido. Gente a la que hay que cuidar. El atletismo global obliga a cambiar el modelo. No se pueden enviar 40 atletas para ganar dos medallas. Ya casi nadie lo hace. Sólo Italia, que en algo nos teníamos que parecer. Fuimos la 15ª delegación más numerosa en los Mundiales, y después de Italia, la que menos rentabilizó los resultados. Alemania y Reino Unido, una medalla cada diez atletas; Francia, una cada trece. Nosotros, una cada veinte. Ya que los Mundiales son muy particulares por las peculiaridades de cada país, es absurdo y frívolo enviar delegaciones multitudinarias. Como para ese viaje no se necesitan alforjas, aún nos queda margen para rentabilizar los recursos y los resultados. Pero mientras esté Odriozola...