Tantos años esperando jugar en Primera División para comprobar en 45 minutos el abismo que separa la Segunda de la máxima categoría. Aarón pudo adelantar al Elche en su regreso a la élite al cuarto de hora. Su balón se fue fuera por centímetros rozando el palo. Esa escasa diferencia que separó al mediapunta ilicitano del estreno soñado fue la que le sobró al Rayo para decidir con los tres goles que sentenciaron el choque. La línea defensiva, que presentó cuatro caras nuevas respecto al curso pasado, hizo agua en el primer gol. Los otros dos tantos demostraron también que aquí ya no se puede ceder un metro.

Escribá mezcló a cinco fichajes con seis jugadores que formaron la base la temporada anterior. Llamó la atención la ausencia de Albacar en un campo propicio para la estrategia, uno de los fuertes del Elche del ascenso. Cisma y Sapunaru fallaron durante todo el partido ante los extremos franjirrojos. Además de los errores defensivos, la falta de reacción en la segunda parte, quizás, sea lo más preocupante. Un partido no da para sacar conclusiones finales, pero sí para lanzar un aviso a la directiva de cara a las últimas incorporaciones. Un delantero con presencia en el área y gol y un defensa central son necesarios.