El triunfo de la constancia
Cuando Ruth Beitia decidió retirarse de la alta competición, esa primera intención venía dada porque, a los 32 años, entraba en una fase de su vida en la que se veía obligada a coordinar los entrenamientos con su puesto político y su trabajo. No pensábamos, ni ella ni yo, que, en esas condiciones, con problemas para mantener el ritmo de entrenamiento, se pudiera aspirar a grandes éxitos. La idea era mantener una actividad física moderada, con opción de ayudar en las competiciones de clubes. Así que Ruth comenzó con patines, gimnasia, etc hasta que en noviembre pasado, como la lluvia le fastidiaba el patinaje, empezó a necesitar más actividad física.
Le recomendé volver a entrenarse suavemente. Hicimos pruebas y en los 'tests' salió que no había perdido un ápice de fuerza ni de velocidad, como si hubiera hecho la pretemporada en septiembre. Todo estaba intacto. Hablamos y coincidimos los dos en que, dada su experiencia y profesionalidad, quizá podría bastarle con la mitad de entrenamiento que antes para seguir compitiendo a buen nivel. Calculé que podía saltar entre 1.97 y 2.00. Ella se sintió a gusto y este es el resultado: un bronce mundial. Ha sido el triunfo de la perseverancia: y de la constancia.
Ramón Torralbo es el entrenador de Ruth Beitia.