No es la primera vez que hago referencia al excelente trabajo que realizan los jefes de equipos españoles en el Mundial de motociclismo. Nos felicitamos de los éxitos de nuestros pilotos y precisamente por ello no debemos olvidar que buena parte del mismo se basa en estructuras tan consolidadas como eficaces. Una de ellas es la de Sito Pons en Moto2, que anda en la tarea de conquistar el título de la categoría con Pol Espargaró y con Tito Rabat en plena evolución (el que no termina de despegar es Áxel, el hijo del propietario). Sito sabe mucho de motos, lleva toda una vida en ellas, y además tiene una enorme capacidad para sacar adelante proyectos de solvencia. Ya lo demostró con sus estructuras en 500cc e incluso lo hizo cuando competía: iba muy deprisa con su Honda, pero además era una de las mejores en 1988 y 1989, los dos años de sus dos títulos de 250cc.

Y aunque nos pueda parecer que eso de poner en marcha un buen equipo es lo de menos, que es sencillo y lo que cuenta de verdad es el piloto, en realidad no es así. Al nivel de exigencia máximo de los grandes premios resulta imposible aspirar a la victoria sin los mejores medios, que son precisamente los que deben conseguir y armonizar estas escuderías. Pons pasó momentos difíciles hace unas temporadas pero a base de trabajo y adaptándose a las nuevas circunstancias ha sido capaz de remontar el vuelo, recomponiendo un equipo que ahora figura entre los mejores de la clase media. Ése es precisamente su aval, el que debe permitirle seguir adelante más allá de los pilotos; ahora que ya sabe que Pol se irá a MotoGP en 2014, seguro que no tendrá dificultades para encontrarle un sustituto. ¿Quién no querría estar en un box desde el que puede aspirar a ser campeón? Así que creo que es de justicia reconocer también el esfuerzo de estos hombres en la sombra…