Indianápolis no es un circuito para el Mundial de MotoGP

Del mismo modo que me parece un exceso que España tenga cuatro grandes premios en el Mundial, considero una exageración las tres carreras del calendario en Estados Unidos. Entre otras cosas, porque este deporte no disfruta allí del mismo predicamento que en otros lugares, ellos son muy de sus especialidades y disfrutan más con una prueba de dirt track o con competiciones de Harley-Davidson que con las gestas de las grandes estrellas internacionales. Aunque esto, en definitiva, es una decisión del promotor y conocerá mejor que nadie sus razones cuando la lógica invita a pensar lo contrario. Lo que me parece más grave al respecto es que se elija para una de estas carreras estadounidenses un circuito como Indianápolis, que de ningún modo está preparado para satisfacer las exigencias de este certamen, que son máximas en todos los sentidos y especialmente en el de la seguridad.

Indianápolis es un nombre legendario y nadie puede negar tal evidencia, pero su asfalto es, simplemente, un desastre. Por la variedad de superficies y por el estado de las mismas, competir en esta pista es hacerlo en un escenario anacrónico. Allí no se piensa durante meses en el gran premio de motos y el compromiso se solventa quizá con la mejor voluntad pero con unos resultados pocos satisfactorios. Una pista deteriorada y con tan poco agarre es un auténtico peligro para los pilotos, no digamos si además la lluvia aparece, algo inaceptable cuando durante el resto del año la integridad de los deportistas es prioritaria. Como tiene que ser... En este sentido creo que no se deben hacer concesiones, ni por prestigio, ni por dinero, ni por cualquier otro interés. Me parece que las condiciones de Indianápolis merecen una reflexión profunda por parte de Dorna.