Moses sí llega más lejos
En la tolerancia cero con el dopaje siempre se puede llegar más lejos de lo que lo hacemos nosotros. Las palabras de Edwin Moses no se las he oído a nadie en España. Dice que quienes se doparan conscientemente y fueran sorprendidos con todas las pruebas en su contra deberían ir a la cárcel. Para Moses son criminales. Y se lo argumenta a Delmás detallando el enorme daño que hacen. Pero aquí seguimos considerando víctimas a los que se dopan. Hemos aprobado recientemente unos cambios en la ley antidopaje y se ha desperdiciado la ocasión de endurecerla. No nos podemos quejar si luego una juez ordena la destrucción de las bolsas de sangre incautadas en la Operación Puerto. La ley española no tiene nada contra quienes se dopan.
Mientras el doparse siga siendo una falta administrativa, no penal, será difícil avanzar. En Francia e Italia lo es, y en Alemania relacionan el dopaje con delitos de fraude, por lo cual también es penal. A la hora de la verdad el deportista no va a la cárcel, pero los jueces disponen de los instrumentos necesarios para llegar hasta el final. Es lo que nos falta. Aquí nos hemos contentado con la posibilidad de pedir pruebas al juez para sancionar a los deportistas; luego las dará o no. A lo único que le obliga la ley es a responder de forma motivada. Mientras nosotros nos movemos con una prudencia exquisita, Moses, que fuera candidato nada menos que a presidir la Agencia Mundial Antidopaje, no se anda por las ramas. Pues eso es también la tolerancia cero.