Del Bosque, Jay Rodríguez y las cuentas que marcan la Liga
Inteligencia emocional. Un amistoso ante Ecuador tras la derrota en la final de la Confederaciones y el partido de clasificación para el Mundial ante Finlandia del 6 de septiembre. Un encuentro de transición en un equipo consciente de que el relevo ya será patente el próximo verano en Brasil. Llorente vuelve desde Italia, Negredo desde Inglaterra y cinco Sub-21. Más allá del peso sentimental y el paso del tiempo hay que mirar con optimismo este nuevo estatus porque hay jugadores más que válidos, tiempo para trabajar y fusionarlos en la Selección y porque Del Bosque es una garantía en el proceso. Cuando no es cuestión de sistemas, sino del seleccionador y su inteligencia emocional.
Emigrantes. Existe otra forma de emigración futbolística más allá de jugar en otro país, la de los descendientes de españoles que salieron buscando un mejor porvenir. Es la historia de Kiko Rodríguez, coruñés de origen y delantero de ligas menores en Inglaterra que no le puso al fútbol “suficiente dedicación”. Todo lo contrario a su hijo, Jay, el delantero del Southampton ha crecido mucho de la mano de Pochettino en pocos meses. Sumando a sus cualidades orden táctico y responsabilidad defensiva. Ronda Hodgson, el seleccionador inglés, es como para tenerlo en cuenta.
Cura de fútbol. Premier, y Liga arrancan este fin de semana y la Serie A en diez días. Y dos jugadores, ambos habituales de la Selección tienen más ganas que nunca de que el balón empiece a rodar. Villa y Llorente no paran de repetir ese mensaje: “Que empiece ya”. El daño emocional que ha supuesto sus experiencias en Barcelona y Bilbao no hacen sino alentar aún más a dos jugadores que deseaban que el verano acabe, que vuelva la competición, los rivales se sucedan, dar espectáculo y demostrar su talento. Para quien enferma por el fútbol y encuentra en el fútbol la mejor medicina.
Balance. La Federación está sabiendo rentabilizar el éxito de la selección campeona del Mundo y Europa. Se hace caja con los amistosos en un momento complicado. Porque, no nos engañemos, el enorme descenso en la inversión de la Liga ha sido provocada por la crisis de los clubes. Así como las ventas. Ni siquiera el desembolso preparado para Bale logrará acercar la competición nacional a la Premier, que esta temporada ronda los 500 millones de euros de inversión. Es sólo el reflejo de la situación social. Los ciudadanos lo han padecido antes, los clubes no se han querido dar cuenta hasta que ha sido inevitable.