Arda sigue sintiendo al Atlético muy dentro. La oferta del Mónaco, pese a ser deslumbrante, no le llena. Salió de Turquía llevado por su ambición deportiva y los resultados son elocuentes: una Supercopa de Europa, una Europa League y una Copa ganada al poderoso Real Madrid en el Bernabéu. Mejor imposible. Por eso ha dejado a los euros en un segundo plano. Se siente tan identificado con lo que le pide su entrenador que siempre procura ser la mejor ayuda para sus compañeros en el centro del campo.

Disfruta cuando la grada se entusiasma con una de sus filigranas y entiende que todavía el proyecto del cholismo tiene mucho camino por andar. Lo cierto es que en los despachos del Calderón sigue habiendo movimientos. La opción del centrocampista creador es la más demandada por los seguidores y esto provoca que se enciendan todas las alarmas cuando equipos como el Liverpool llaman a la puerta de Diego Costa, el Valencia no para de marear a Adrián o los millonarios del Móncao coquetean con Arda. Pero en el caso del turco no han entendido todavía su filosofía rojiblanca: el escudo y la gente están por encima del apartado económica. Este Arda es un modelo de colchonero.