Tritonas guerreras de oro
El oro en los Mundiales de natación llegó de la mano de nuestras tritonas guerreras. Un oro que nos catapulta en el medallero, porque cinco platas y cinco bronces sin un oro suman poco. Un oro que se pudo disfrutar desde mucho antes de que se acabara el partido. Eso es lo único que se puede reprochar a nuestras campeonas. La victoria nunca estuvo en peligro. Faltó la emoción de una mayor incertidumbre en el marcador. Esta superioridad restó épica a la victoria, pero confirmó el enorme valor de unas jugadoras que valen su peso en oro. Jugadoras aficionadas, que las más afortunadas juegan por una beca en Estados Unidos. Las demás perciben lo que se han ganado a pulso: las becas ADO, que por algo son subcampeonas olímpicas.
Mas ellas no juegan por dinero. No saben hacerlo. No son profesionales. Lo suyo fue una gran lección que toda España presenció en La 1. El deporte tiene grandes valores, y la Selección femenina de waterpolo los mostró. Esfuerzo, ambición, espontaneidad... Con una portera, Laura Ester, cuya cara de lista es toda una garantía. Paró todo y más. Hasta un penalti en unos momentos en los que se podía haber complicado el partido. Ya son campeonas del Mundo. Las guerreras están de moda. Guerreras eran las jugadoras de baloncesto, y fueron campeonas de Europa, y las de balonmano, bronce en Londres. Nuestras mujeres se han convertido en motor del deporte. Once medallas en estos Mundiales, y todas de ellas. Y las que aún estén por llegar también serán suyas.