Plaza Mayor

Sin verano

Acertaron los meteorólogos: este año no habrá verano. Lo que tenemos es un estío agobiante y caluroso, pero no verano propiamente dicho. La noticia es refrescante y nos hará más llevaderos los culebrones caniculares (que no veraniegos). Si ustedes transpiran no es por el calor, sino por la ciclogénesis imaginativa del señor Meteosat. Vuelve, Mariano Medina.

Broma que acerca

La renovación de Cristiano está más cerca después del afectuoso saludo de Florentino al crack. El presidente hizo lo que se conoce como un "mano-colleja", movimiento consistente en estrechar la zarpa del interlocutor al tiempo que se le palmea la nuca al grito de "¡entre oreja y oreja...!". Todo el que ha sufrido esta desternillante broma puede imaginar las ganas que tiene Cristiano de firmar. Por el Trabzonspor, concretamente.

Bale es barato

Bale es caro como futbolista (noventa millones), pero como guapo sale barato. El chico es un adonis, y queda dicho desde el más profundo resentimiento porque en Madrid no cabe un guapo más (para las bellas, al fondo hay sitio). De Bale se venderían tantas camisetas limpias como sudadas, lo que doblaría los ingresos y amortizaría el fichaje en diez generaciones. Eso es el marketing, amigos.

Señorío y tal

El Real Madrid participará gratis en el Teresa Herrera (29-A). Así honrará a un torneo histórico y a un Depor con problemas. Tampoco cobró por jugar en Anoeta cuando la Real celebró su Centenario. No se hacen favores para recibir algo a cambio, pero tampoco es obligado perder la memoria cuando se reciben. Vaya el recado para radicales libres y directivos atrapados.

Rey de Nápoles

El hombre del verano es Aurelio de Laurentiis, presidente del Nápoles, productor de cine y tuitero activo. Con la venta de Cavani (63) cubrirá los fichajes de Benítez, Reina (cedido), Callejón (10), Albiol (12) y, probablemente, Higuaín (35). De Laurentiis tiene claro lo fundamental: vender a los jeques, comprar al Madrid y pescar en España. No es casualidad que produjera Huevos de Oro. Hubiera podido, inclusive, protagonizarla.

La época feliz

Ningún tiempo tan dulce para un aficionado como la pretemporada. Si ganas al Fresnedillas te ilusionas y si te golea el Wildenhoffen le quitas importancia, falta rodaje y ya se sabe cómo se las gastan en la Tercera alemana. Cualquier fichaje emociona. Cada verano se repite el milagro y encontramos una cosa que nos gusta más que el fútbol: el cambio.

Natación y nosotros

Uno cree que sabe nadar hasta que llegan los Mundiales de natación. Uno cree que sabe aguantar las respiración hasta que ve bailar un tango subacuático a las chicas de sincronizada. Desde ahora y hasta la clausura, prometemos bañarnos con discreción junto a la escalera. El salto del ángel queda prohibido hasta nueva orden. Aunque lo claven.

Por Tito

Conmovidos por la enfermedad de Tito (y por su coraje) sólo nos queda desear que nuestros buenos deseos no se extravíen cuando el fútbol nos distraiga. Que siempre haya quien pregunte, quien se acuerde, quien le anime. El día que vuelva Tito ganaremos todos y convendrá celebrarlo. Con banderas blancas o pañuelos bordados de azul y grana. Con algo para limpiarnos las lágrimas.

La frase