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Geminiani y la sopera sobre la cabeza de Bobet

Furioso, Raphaël Geminiani vuelca la mesa y la sopera cae sobre la cabeza de Louison Bobet. La porcelana por sombrero, los fideos resbalando por las mejillas. Así lo contó alguien. Fuentes más fiables apuntan que la sopera se derramó y mojó a Bobet, pero no acabó en su cabeza.
Todo empezó con un ataque de la selección francesa nada más darse la salida en Albi (Tour 1953). Geminiani, Bobet, Nello Lauredi y Antonin Rolland toman ventaja con otros once ciclistas. Tras 180 km llegan a Beziers con siete minutos sobre Bartali y otros favoritos. Lauredi tiene que lanzar el sprint, pero se mantiene en cabeza y gana la etapa; segundo, Geminiani; tercero, Bobet. Había un minuto de bonificación para el vencedor y medio para el segundo. Bobet se acerca a Geminiani y Lauredi, que están felicitándose. "Estupendo. Lo habéis hecho muy bien con la bonificación", les dice Louison. Geminiani no se lo puede creer. Ha sido un golpe genial del equipo, han copado las tres primeras plazas. "¿Qué querías que nos bajáramos de la bicicleta para dejarte pasar?".

A la hora de la cena llegó la pregunta de André Coste, periodista de France Soir: "¿Os olvidasteis de las bonificaciones en el sprint?". Se enciende de nuevo la discusión y Geminani vuelca la mesa.

Marcel Bidot, director del equipo francés, ve que la pelea de gallos ha superado ya el límite. En el desayuno hace una sola pregunta: "¿Quién de vosotros cree que puede ganar el Tour?". Mira a Geminiani que niega con la cabeza; también Lauredi. "Sí, yo creo que puedo vencer", dijo Bobet, que además prometió que sus premios serían para el equipo.
Bobet ganó ese Tour de 1953 y también los de 1954 y 55. Y desde aquel día tuvo como gran aliado a Raphaël Geminiani. Uña y carne.