Cancellara, un campeón llegado del pasado
La meta de hoy, Saint Amand Montrond, está maldita. Sus dos ganadores han sido borrados del palmarés por dopaje: Armstrong (2001) y el alemán Stefan Schumacher (2008). En este último caso el triunfo recayó en el suizo Fabian Cancellara (18-3-1981, Berna). Ha ganado ocho etapas más en el Tour, cinco de ellas en prólogo, que conllevan maillot amarillo. Es el ciclista en activo que más veces lo ha lucido (29 días).
De Cancellara dijeron que ocultaba un motor eléctrico en el cuadro de su bici. Fue una broma, pero picaron bastantes con el vídeo de You Tube. Parecía que tocaba la maneta antes de un cambio de ritmo, sin levantarse del sillín, lo que dejó tirado a Boonen como un globero en el adoquinado Muro de Gramont, a 44 km de meta, para ganar el Tour de Flandes de 2010. Y recordó a una moto cuando, siete días después, en una recta llana y bien asfaltada, aceleró desde la mitad de un grupo de cuarenta corredores, los pasó y siguió 50 km para ganar la París-Roubaix.
Pero no hay trampa. Espartaco es así. Si hubiera corrido a principios del Siglo XX, cuando las carreteras eran de tierra, apenas se subían puertos y cada cual hacía la guerra por su cuenta, habría ganado más de un Tour. Por eso, el Expreso de Berna se siente a sus anchas cuando el camino está adoquinado (tres victorias en Roubaix y dos en Flandes), es de tierra (dos Strade Bianche) o hay que competir individualmente (cuatro veces campeón del mundo y una olímpico en contrarreloj).