El Mundial de trial necesitaba emoción

Sabemos bien que, por fortuna, el Campeonato del Mundo de trial es cosa de españoles. Desde que en 2004 el japonés Fujinami conquistase su título no ha habido un campeón que no fuera de los nuestros: primero con las dos coronas de Adam Raga y a continuación, las seis consecutivas de Toni Bou. Una hegemonía por la que debemos felicitarnos pero que, sin embargo, presenta ciertas contraindicaciones, especialmente en los últimos años de aplastante dominio del catalán de Montesa. La incertidumbre es uno de los aderezos esenciales del deporte, nadie tiene la certeza del triunfo, así que cuando falta se pierde con ello parte de su atractivo. Y durante quizá demasiado tiempo las victorias de Bou estaban prácticamente garantizadas...

El nivel que Bou ha exhibido no encontraba réplica en sus rivales, que intentaban doblegarle una y otra vez sin éxito. Este año las cosas parecen que han cambiado y está siendo precisamente Raga quien planta cara al campeonísimo. Después de cuatro grandes premios y siete jornadas de competición (tres de las pruebas han sido dobles), ambos suman tres triunfos parciales (el restante fue para el último campeón no español, Fujinami) y aunque Bou es el líder, cuenta con sólo dos puntos de ventaja sobre Raga. El Mundial, por tanto, está reñido y mucho más interesante. Este fin de semana les toca competir en Italia y esperemos que la emoción siga siendo la tónica, por el bien de la especialidad y el interés de sus seguidores.