Pilotos de una casta especial
Hace pocos días, felicité por 'Facebook' a Jan Thiel por su 70 aniversario. Es posible que muchos lectores no sepan quién es. Pero si les digo que muchos títulos mundiales fueron gracias a la tecnología que aplicó a Jamathi, Piovaticci, Bultaco, Garelli y Minarelli, y que pilotos como Nieto, Tormo o Rossi le deben muchos de sus triunfos sobran comentarios. Tengo la fortuna de disfrutar y mantener su amistad gracias a esta red social, ya que ahora vive retirado en Bangkok. Como profesionales que hemos sido seguimos este maravilloso deporte llamado motociclismo (Jan como técnico de prestigio y yo como informador del Mundial durante treinta años) y coincidimos en un comentario: hay pilotos de raza de primera y de segunda división.
De los primeros, Jan me decía que sólo había conocido cuatro pilotos que estaban o estuvieron en ese nivel: Mike Hailwood, Ángel Nieto, Valentino Rossi y Marc Márquez; el resto está en otros niveles. En cierto modo estoy de acuerdo con este punto de vista, pero yo agregaría alguno más. Siempre he dicho, y mantengo, que aquellos pilotos que después de tener un accidente más o menos grave recuperan su ritmo en una o dos carreras, son de una casta especial. Es así, a pesar de que Carmelo Ezpeleta me comentara que había perdido el tren en mis criterios. Y digo esto, porque el ser humano no es una máquina. Sigue siendo lo mismo. Más o mejor preparado. Por lo tanto, tengo que reconocer que en ese ránking merece un puesto también el mallorquín Jorge Lorenzo.