Ni Iniesta lo pudo evitar

En un mal día de la Selección Andrés Iniesta fue de lo más positivo. El único que intentó salir de la presión brasileña, el primero que intentó poner a prueba a Julio César y el que enseguida se dio cuenta de que el balón, esta vez y sin que sirva de precedente, no era el gran aliado español. Los defensores españoles sufrieron más que nunca, la expulsión de Piqué fue la guinda, aunque el problema comenzaba unos metros más adelante. Busquets sólo, Xavi desaparecido, Iniesta atacado y herido en la batalla, y los de delante de presencia testimonial admirando la arquitectura del nuevo Maracaná.

Con todo perdido, el seis de España se escoró más a la izquierda y asumió el mando en medio de la adversidad general. Pero no pudo hacer mucho más. Iniesta se va de la Confederaciones convertido en uno de los mejores jugadores del torneo, aunque su recuerdo será el de una mala noche en una final, no puede haber momento más inoportuno.