Hartos ya de tanta pitada

Italia, Italia, Italia!!! Se desgañitaban los aficionados brasileños tras la interpretación de los himnos el jueves. Eso ocurría media hora después de haber dedicado a nuestra selección una sonora pitada cuando saltaron a calentar. Luego, durante el encuentro, olés al rival cuando daba cuatro pases seguidos y más abucheos a nuestra selección cuando tenía el control de la pelota. Así ha ocurrido en cada partido en esta Confederaciones. Da igual la ciudad. Por mucho que preguntemos en la calle, no sacamos prenda. Sonríen de forma inocente y se encogen de hombros. Lógico. Nadie quiere reconocer que son los pitos del miedo. Miedo a que España le pinte la cara a Brasil en su propia casa, en Maracaná. Todo ello nos ha conducido a una situación completamente absurda.

Porque absurdo es que en un país que ama el juego bonito, se pite a quien juega bonito. Porque un país que ha sido cinco veces campeón de mundo, debería tener más respeto por el vigente campeón. Si alguna vez hemos merecido alguna bronca fue en semifinales. Italia y el calor nos maniataron. Da igual, la repulsa comenzó mucho antes. Pero de todo lo dicho se salva Iniesta. Cada vez que aparece en el videomarcador, aplausos. Les debe parecer exagerado silbar al mejor jugador del torneo. Tras lo de Fortaleza en semifinales, ganando tras jugar regular y en los penaltis, seguro que nos han tomado más manía. O sea, que en la final los abucheos atronarán. Ya estamos acostumbrados. La mejor forma de contestar a esa falta de respeto es ganándoles en Maracaná.